La
MSM persigue tres fines ordenados a la mayor gloria de Dios:
Servir a la Fe. Apoyar, proteger, fortalecer e
irradiar la Fe católica, apostólica y romana en todos los campos de
la actividad humana, confesándola ante los hombres en toda su
integridad, pureza y vigor. Promover en lo posible la unión de los
cristianos en una sola Iglesia, en cumplimiento de la voluntad de
Cristo y como condición para el advenimiento de una era de unidad y
de paz entre todas naciones.
Defender a la Iglesia católica por medio de la
oración y de las obras contra todo intento de apartarla de su misión
sagrada, de humillarla y destruirla.
Promover la Cristiandad y la Paz. La MSM sirve al
pueblo de Dios, sobre todo a los más débiles y a los oprimidos,
combate las ideologías que atentan contra la dignidad y la libertad
del hombre creado a imagen de Dios y se empeña en establecer la
ciudad temporal sobre los fundamentos del orden natural y en los
principios del Evangelio, respetando las libertades esenciales del
hombre y de las comunidades humanas, conforme a la doctrina social
de la Iglesia y a las enseñanzas del Concilio Vaticano II.