La Investidura.
El estado de caballero se adquiere por el
rito tradicional de la investidura, que en la MSM se confiere por un
Obispo o Abad según el Pontifical Romano. Por medio de este
sacramental que es la Benedictio Novi Militis el caballero
recibe de la Iglesia la misión específica de combatir a los
enemigos de Dios y del hombre al tiempo que recibe la gracia
necesaria para cumplir tal misión.
La Regla se
inspira principalmente en la Sagrada Escritura, la Liturgia, los
Santos Padres, la tradición monástica (especialmente la
benedictina), el Código de la Caballería y la Regla de los
Templarios. Su espiritualidad se funda en una intensa devoción
mariana, principal garantía de ortodoxia y piedad verdaderas.
El hábito,
escapulario de estameña y manto blanco con la cruz de azur para los
caballeros; es símbolo de la armadura de que se reviste todo
caballero para el combate. Se prescribe su uso en los capítulos, en
el rezo en común del Oficio de la Virgen y en determinadas
ceremonias a fin de señalar la consagración a Dios y a la Santísima
Virgen y la pertenencia a una Compañía en que todos son hermanos.
El
Ceremonial. La MSM considera de importancia fundamental la
dignidad y la unción en el culto y en la liturgia y por esto
promueve todo lo que pueda dar solemnidad y belleza a los actos de
la Iglesia. En su régimen interno sigue estrictamente un Ceremonial
que ha sido elaborado teniendo en cuenta las tradiciones eclesiales
y de las Ordenes de Caballería a la vez que las más recientes
disposiciones de la Santa Sede sobre Liturgia.